Estado policial
Desde mediados de marzo nos han sucedido algunas cosas inimaginables para el común de los ciudadanos tan solo unos meses antes.
Desde mediados de marzo nos han sucedido algunas cosas inimaginables para el común de los ciudadanos tan solo unos meses antes.
La comisión de la reconstrucción social y económica, esa que se ha inventado la izquierda gobernante en España y a la que se han unido los socialistas de todos los partidos, avanza en sus reuniones.
A pesar de lo que diga la ministra de educación de turno, los niños no son del Estado. Aún no. Siguen siendo de los padres y no sólo nominalmente. Con esa consigna por delante, desde que nacen, en realidad desde que son conscientes de que están en el vientre materno, éstos se ocupan de su cuidado, de su alimentación, de que no les falte lo básico para vivir, para salir adelante. Y a medida que van creciendo, se van preocupando también de su educación. Asunto complicado en nuestros tiempos el de la educación, con tantísima tendencia a las injerencias externas a la familia, tanto de los medios de comunicación como del Estado en todas sus facetas, comenzando con la obligatoria escolarización y el control estatal de todos los…
Una consecuencia de tener un Estado tan grande, tan invasivo en todas las esferas de la vida y tan antiguo ya (llevamos siglos de crecimiento sin freno) es que todos los engranajes funcionan coordinada y automáticamente y todos los que para él trabajan y los ciudadanos afectados han interiorizado ya una serie de pensamientos y de obediencias en relación a las órdenes y la legislación que se dicta, que borran la reflexión y la crítica, al menos en los primeros momentos. Una especie de “efecto rebaño”, de sumisión al orden establecido. Me ocuparé en concreto hoy de la elección por parte de las fuerzas y cuerpos de seguridad de denunciar los incumplimientos al decreto de declaración el estado de alarma como infracciones al artículo 36.6 de la ley…
Estamos acostumbrados a que se nos vendan las bondades de la planificación central en la economía. Ya sabemos, esas cosas como la intervención estatal, la redistribución de la riqueza, el control de precios… Los argumentos son siempre los mismos, huelga extenderse, esos de que el estado tiene que corregir los fallos del mercado. Porque, como repiten una y otra vez, el mercado tiene fallos que perjudican siempre a los más débiles, a los pobres, a los asalariados. Como el mercado se identifica con los malvados empresarios, los poderes financieros, la bolsa, todas ellas malignas instituciones y el estado corrige sus fallos, éste se identifica con el bien. Los que no nos tragamos el cuento de que una sola persona o un grupo de personas vayan a poder ejecutar…
Lo que se entiende por democracia, al menos por la mayoría de los ciudadanos, es un sistema político en el que la soberanía reside en el pueblo, hay separación de poderes entre el ejecutivo, el legislativo y el judicial, existe igualdad ante la ley para todos, los ciudadanos tienen libertades y derechos fundamentales y ejercen su poder en las urnas, en elecciones libres y periódicas. Con el régimen que salió del 78 en España, se supone que eso, grosso modo, es lo que hemos conseguido. Durante unas décadas, todo parecía discurrir con cierta normalidad (democrática, como le gusta decir a los políticos). Los ciudadanos tienen la sensación de que viven en un país libre, eso es lo que se repite constantemente. Delegan sus responsabilidades en las urnas, eligiendo…
Una de las cosas que nos ha traído esta pandemia, además de la gran tragedia que suponen los miles de fallecidos, es el hecho de que muchos han descubierto que en estas situaciones de excepción el gobierno comienza a utilizar prerrogativas que sólo él tiene y se dedica a las confiscaciones. En varias conversaciones, ahora todas virtuales, algunos amigos me hacen notar que empiezan a escasear muchas materias primas o productos por la intervención del gobierno. Descubren que, utilizando a su policía, el gobierno irrumpe en las fábricas y almacenes se queda con el material que le interesa para utilizarlo en lo que estima conveniente y dónde estima necesario. Además, a los que se han lanzado a producir equipos de protección de los que escasean les impone todo…
Llevamos tiempo advirtiendo de la importancia del lenguaje. Y de que sea la izquierda, unas veces la radical izquierda revolucionaria, otras veces la izquierda suave de la socialdemocracia, de lo progre, la que siempre imponga las palabras que se utilizan y su significado. Que sean ellos los que decidan qué palabras se utilizan para cada cosa, qué significan y también, cuáles son las palabras que no se pueden utilizar, cuáles son las proscritas. Recordemos, por ejemplo, el caso de migrante e inmigrante. El hecho de que los medios de comunicación, las universidades, los “intelectuales” y los artistas pertenezcan en su gran mayoría al grupo de opinión que marca lo “correcto”, hace que enseguida se impongan los cambios adecuados para trasladar los mensajes que se quieren trasladar por el…
Artículo publicado originalmente en El Club de los Viernes. Las desgracias nunca vienen solas: este año, al mal llamado ya día de la mujer porque lo es de la mujer marxisprogrefeminista, unimos la aprobación de un proyecto de ley de “libertad sexual”. Empieza bien esto. Solamente el título es un despropósito. Libertad. O sea, para el que lo quiera escuchar, nos van a dar o a garantizar una libertad que no tenemos, aunque no nos hayamos dado cuenta. De traca. Vamos a dejar a un lado las consideraciones puramente técnicas y legales del proyecto. Y es que, el asunto de la presunción de inocencia, el problema de la prueba del consentimiento, la carga de la prueba, no son cuestiones de poca importancia. Como tampoco lo son la consideración…
Acabamos de vivir una (otra) campaña electoral y una (otra) jornada de votaciones. Casi hemos perdido la cuenta de las que llevamos en unos pocos años, pero como nos repiten desde todos los medios de comunicación y desde los partidos, los expertos y los tertulianos, e incluso nuestros cuñados (dicho esto sin pretender ofender a los que tengo y aprecio), que es la “fiesta de la democracia”, supongo que tenemos que estar contentos por tener más días de fiesta además de los 14 laborales (el que los tenga). Así que el soberano nacional, o sea yo, junto con los otros millones de posibles votantes, hacemos uso de nuestro derecho a votar y de nuestro derecho a no votar, que también lo tenemos (de momento). Somos soberanos, nunca nos…