EL PASTOR
Despertó antes de que hubiese salido el Sol. Se levantó despacio, sin hacer ruido para no despertarla y salió de la estancia. Bebió un poco de leche, recogió un fardel que había dejado preparado antes de acostarse y salió afuera, abriendo los pulmones a la fría mañana. Sintió la humedad del rocío, notó al perro que se acercaba, recogió el cordero y comenzó a caminar. Sabía que su viaje le llevaría toda la mañana, así que apretó el paso en cuanto sus pulmones se acostumbraron al aire frío que les quemaba. Por sus piernas no se preocupó, hacía mucho tiempo que le dolían a ratos, unas veces cuando estaba sentado a la lumbre y otras muchas después de pasarse el día caminando por el campo detrás del…