Categoría: Tribulaciones en la crisis del virus

Tribulaciones en la crisis del virus (día 65)

La emergencia se ha acabado. Lo supe hace tiempo. Y el lunes pasado, el hecho de que mi compañera de trabajo, la huidiza, decidiera que podía tomar un café con los demás, fue una comprobación de campo.

Sí, ya sé que seguimos en “estado de alarma” con su correspondiente galimatías de la “desescalada por fases hasta alcanzar la nueva normalidad”. Pero es solamente un asunto político, que nada tiene que ver con ninguna enfermedad.

La enfermedad es la excusa. Nada más.

Esta diaria crónica nació por varios motivos. Uno, el desahogo de un servidor, pues la sensación de estar en manos de peligrosos impresentables, además de secuestrado vilmente y sin motivo, era casi insoportable. Y, claro, uno tiene que convivir con otras tres personas y no hubiera sido justo que cargaran con todo. ¡Bastante han tenido, bastante tienen!

Otro de ellos, para señalar que una situación absolutamente anormal, cualquier tragedia, cualquier emergencia, es aprovechada por los enemigos de la libertad, por los que quieren imponer la más cruel y salvaje de las ideologías, la más sanguinaria, la más asesina, para llevar a cabo sus planes, y que esa gente la tenemos en el poder, desgraciadamente, la tenemos en el poder.

Pocas ocasiones tan propicias como esta tendrán. A sus habituales campañas propagandísticas, mentirosas en las formas y en el fondo, podían añadir el control de la población por el miedo a la muerte, a la infección.

A sus habituales maniobras, añadían ahora el más ilegal y más absoluto medio de control, que ha sido y es el secuestro total de la población de un país. Por su bien, dicen, pero secuestro.

Y pocas ocasiones son tan propicias como ésta para denunciar los peligros que se ciernen sobre nosotros como sociedad, como personas. En realidad, hace mucho tiempo que convivimos en esta situación, algo más atenuada, pero igual de peligrosa.

Callar hubiese sido ser cómplice.

Un motivo más fue denunciar que, independientemente de su ideología, poner a los peores a gobernar y darles poderes absolutos, conduce inevitablemente al desastre. A un desastre a todos los niveles, en todos los aspectos de la vida, pero que en este caso cuesta vidas humanas. Y además, cuesta miles de millones de euros, muchos puestos de trabajo, muchos dramas, hipoteca a todos y a los que vengan detrás de nosotros.

Denunciar que para una crisis sanitaria hay que tomar medidas sanitarias, no policiales. Que las medidas sanitarias se dirigen a salvar vidas, a detectar tempranamente contagios, a dar atención adecuada a todos los enfermos, a administrar urgente y eficazmente los recursos disponibles y hacer acopio de muchos más que se necesiten, a trazar y ejecutar planes de contingencia.

Pero las medidas policiales no salvan vidas. Pueden tranquilizar a quien no hace crítica, a quien tiene miedo, a quien no analiza la situación, pero no salvan vidas. Solamente destruyen. Destruyen la libertad y la hacienda. Y generan muchas injusticias, convierten en delincuentes a todos sin excepción y son tan arbitrarias como se ha hecho ver a lo largo de los días.

Y un motivo más ha sido seguir señalando que el estado no es la solución, que por mucho que se empeñen los que se empeñan, un grupo reducido de personas no tienen ni la información, ni la inteligencia, ni la legitimidad para disponer de todo lo de los demás. Y todo es la vida, la libertad y la propiedad.

La realidad es tozuda. Lo es. Siempre.

¿Que nos empeñamos aún así a ir en contra de la realidad y optamos por más estado, por más redistribución de la riqueza, por más impuestos, por más regulación, por más intervencionismo, por más socialismo? Pues allá nosotros, pero la realidad es la que es.

Lo que sí hago notar es que los que quieren que sigamos avanzando en la dirección equivocada nos arrastran a todos, nos hacen pagar a todos sus errores. La dictadura de las mayorías es así. Si se equivocan, joden a todo el mundo, no sólo a los que se equivocan. Y luego no pagan por sus errores.

Pagamos todos.

Y la dictadura será inevitable. Y con ella, el sufrimiento y la miseria.

Callar hubiese sido ser cómplice.

Considero cumplidos los objetivos. Me he desahogado y ahora, con las medidas de “relajación del confinamiento” que graciosamente me han concedido mis amados líderes, no me hace falta más. Y he señalado de forma explícita todo lo que he dicho anteriormente.

Por otra parte, las decisiones de seguir con este estado de cosas son ya tan claramente políticas y presumo que se dilatarán en el tiempo tanto, que invitan a continuar con la vida habitual, aún sin dejar de permanecer atento y actuante.

Y a la vez, ya hay debate y confrontación en la sociedad. Ya hay quien se opone, quien critica, quien lucha por sus derechos, por su hacienda y por su libertad.

La crisis del virus ha pasado. Ahora nos queda otra crisis, que no es nueva, que es la crisis de la nación en la que vivimos. No es nueva. Pero es.

Y la crisis del mundo en el que vivimos, que tampoco es nueva.

Lo que nos ocurra no es posible saberlo.

A mis lectores, que alguno hay aunque parezca mentira, les doy las gracias por el esfuerzo, por la atención, especialmente a aquellos que me han hecho comentarios, públicos o no.

Al gobierno, al sepulturero profanador, a su compinche bolchevique, a los ministros, ministras, ministres, ministrines, astronautas y otras rarezas, al tonto simón, a podemos televisión y demás mercenarios de los medios de comunicación les diré que sé quienes son y lo que quieren. Y que no me engañan.

Y que aún sigo en pie.

Y a mi amable general, ese que me monitoriza, le diré que no me pierda de vista.

A los sanitarios, que no son héroes, sino víctimas.  A la población en general, que son reos sin juicio, además de víctimas. A los superfluos, que tampoco son héroes y que vigilen sus conciencias.

Y a los familiares de los fallecidos, mi más sincero pésame. Si tienen fuerzas, si tienen ganas, miren las cifras, estudien, pues flota en ellas el asqueroso tufillo a algo que empieza por eu y acaba por asia.

Nos vemos en las trincheras.

Que Dios nos bendiga.



Tribulaciones en la crisis del virus (día 64)

Decenas de miles de personas fallecidas. Y las que no se cuentan. Y las que no quieren que contemos.

Los muertos del sepulturero profanador y su compinche bolchevique.

Nos acostamos con las imágenes de las caceroladas en muchos sitios diferentes. Sobre todo en los lugares donde quienes nos dirigen con mano firme han decidido que se quedan en fase de congelación. Seguirán, no me cabe duda, la crisis no acecha ya, sino que ha llegado de lleno y la indignación se tornará rabia y desesperación.

Nos despertamos con un rebote considerable de ayuso y la guerra política que se viene desarrollando alrededor de su persona, de su gestión, de su comunidad.

Y nos llega la hora de comer con la enésima comparecencia de nuestro amado líder, el sepulturero profanador, para anunciarnos la enésima ilegal prórroga del ilegal estado de alarma a que nos somete. ¿Ha recabado apoyos para aprobarla? Sí, pues puede que no haga falta nada más que echar un vistazo a sus socios.

Esta prórroga, la prorroguita, trae la novedad de ser doblemente ilegal, si es que eso se puede. Va a ser de un mes, o alrededor de un mes (semana arriba, semana abajo habrá querido decir).

Ese es el asunto, señores, que una vez que has aprobado algo ilegal y no te ha pasado nada, no dejas de cometer ilegalidades. Y todo el edificio se derrumba, todas las instituciones se van a la mierda, la ley se va a la porra y nos vemos en una dictadura de facto, aunque formalmente no lo parezca.

El primer decreto era ilegal. Vulneraba varios derechos fundamentales de forma clara. Nadie protestó y se convalidó aprobando una humillante prórroga. El estado de derecho, lo que quedaba de él, había saltado por los aires. Aún así, todo el mundo aguantó el chaparrón (por motivos de salud pública, se autoengañó el que más y el que menos) y se sucedieron los atropellos.

En fin, aunque falta por pronunciarse el tribunal constitucional al respecto, que ya sabemos que tiene de tribunal lo que yo de ganadero, y diga lo que diga, el amado presidente ha reconocido hoy, sí hoy, que ha vulnerado nuestros derechos fundamentales. No sé si lo ha dicho por si acaso, para acallar protestas o si no se ha dado cuenta, pero lo ha dicho.

Eso sí, era por nuestro bien.

Por nuestro bien, expresión tan peligrosa como aparentemente protectora.

Pues sepa nuestro enterrador favorito que antes que nuestro derecho a la salud pública, está nuestro derecho a la libertad, a la vida y a la propiedad. Esto es así sin que lo diga la constitución, por supuesto, pero es que, además, lo dice. Si supiera o quisiera leer, lo entendería. Él y sus compinches los bolcheviques.

Y sepa que no tiene derecho a tomar cualquier decisión por nuestro bien. No, cualquier decisión, cualquier medida no. No puede encarcelarnos en nuestras casas. No está legitimado para “hacer lo que haga falta, cuando haga falta y como haga falta” por nuestro bien.

Algún avezado lector podría interpretar que quiero que se haga nada contra el virus, que subestimo la enfermedad. Nada más lejos de la realidad, amigo, pero una cosa son las medidas sanitarias y otra renunciar a mi libertad.

Al gobierno lo controla el pueblo. Y si eso no es así, dictadura habemos.

¿Habemos?

Cae la tarde y mi bandera ya está preparada. ¿Que por qué bandera y por qué esa? Porque quiero. Sin más.

Hay algo que está por encima de ideologías, de política, de este mundano mundo.

Y nos siguen muriendo.

Definición de imbécil de la RAE, que debería ser de obligada lectura antes de votar (aun sin que muchos la comprendan): Tonto o falto de inteligencia.

Definición de criminal, según la RAE, 4ª acepción: que ha cometido o procurado cometer un crimen.

Definición de secuestrar, según la RAE: retener indebidamente a una persona para exigir dinero por su rescate, o para otros fines.

P.d.: el (no) uso de las mayúsculas es, cómo no, deliberado.

Tribulaciones en la crisis del virus (día 63)

Decenas de miles de personas fallecidas. Y las que no se cuentan. Y las que no quieren que contemos.

Los muertos del sepulturero profanador y su compinche bolchevique.

Bueno, bueno, madrid se queda en la fase 0 pelotero. Como no sabemos qué criterios se siguen, porque no lo sabemos, pues los del gobierno de la pandemia quieren que nos creamos que son criterios objetivos, que es una decisión de esa comisión de expertos, ¿recuerdan?

Pues nos lo creemos tanto como las cifras que nos cuentan desde el primer día, como sus criterios sobre las mascarillas. Como todas sus mentiras.

Madrid es la joya de la corona y van a por ella. No hay más.

Y un asunto que me llama la atención. Se ha hecho viral (como se dice ahora) un vídeo de una actuación de la policía nacional en una vivienda de palma de mallorca. Se trata de una polémica sobre si podían entrar o no sin autorización judicial en una vivienda y las vicisitudes que allí se dieron.

Lo primero de todo. Que el muchacho haga circular el vídeo y haga entrevistas, entra dentro de lo habitual hoy día. Que lo haga uno de los policías que actuó, es de auténtico escándalo. Señores, que son la policía, no se hacen entrevistas sobre actuaciones en las que has tenido algo que ver. En todo caso, el portavoz oficial, pero uno mismo, ¿en serio, jorge?

Dejando al lado el bochorno, y sabiendo que la imagen del niñito del piso es la que es, me gustaría que alguien de la policía me explicara qué infracción comete alguno de los que allí estaban, en relación con el estado de alarma. La respuesta es clara. Ninguna. Así que todo lo demás, sobra, señores de la policía, sobra.

Nos han acostumbrado a que somos cuasidelincuentes en todo momento y no es así. Podemos salir de casa, podemos juntarnos con gente a cualquier hora, por lo menos en el lugar de los hechos y en la fase en la que se encuentran, sin entrar en más consideraciones.

Si era un asunto de ruido, porque el resto de leyes no decaen, procédase como corresponda y punto.

Lamentable actuación. Alguien tenía que decirlo.

Que alguien avise al general, amable, que me monitoriza y le diga que acabo de hacer un comentario negativo, muy negativo. Estará petado de trabajo, porque, sobre la entrada de ayer he tenido dos comentarios, lo cual significa un aumento, dada la audiencia de este humilde blog, del 100%. Estoy contento, mi general.

Alguien quiere que todas nuestras instituciones caigan en un lodo impracticable, sucio, y lo está consiguiendo.

Y nos siguen muriendo.

Definición de imbécil de la RAE, que debería ser de obligada lectura antes de votar (aun sin que muchos la comprendan): Tonto o falto de inteligencia.

Definición de criminal, según la RAE, 4ª acepción: que ha cometido o procurado cometer un crimen.

Definición de secuestrar, según la RAE: retener indebidamente a una persona para exigir dinero por su rescate, o para otros fines.

Y deseamos, de corazón, la total y completa recuperación de cuantos aquí se citan.

P.d.: el (no) uso de las mayúsculas es, cómo no, deliberado.

Tribulaciones en la crisis del virus (día 62)

Decenas de miles de personas fallecidas. Y las que no se cuentan. Y las que no quieren que contemos.

Los muertos del sepulturero profanador y su compinche bolchevique.

Se nos está quedando una carita de venezuela memorable.

El vicepandemias, el compinche bolchevique amenaza con las muertes futuras de nuestros mayores si no le aprueban sus presupuestos. Tal cual. Con un par, él no se hace responsable de lo que haya sucedido, debe ser culpa de algún rico de esos a los que debemos odiar y saquear, pero los demás serán responsables de lo que ocurra. Así que a tragar y a aprobar la autopista a la ruina.

¿El turismo? Una puñetera lacra ese turismo masivo, ese turismo que había conseguido que casi todos pudieran disfrutar de vacaciones, una mierda. Así que nos lo vamos a cargar, oiga, y la pandemia nos viene de perlas. Pongamos una cuarentena a los turistas que vengan. No vendrán, pero además, ahora ordenado por la merkel. Con un par. Hecho. Los ingleses confinados y los alemanes se irán a otros lados, con sus marcos.

Y Portugal nos sigue cerrando fronteras. Vivir para ver. Y francia se rebota y nos pone cuarentena, claro. Estamos rodeados, encerrados y secuestrados. ¡Qué bonita primavera!

La nissan se va, dicen en japón. Lo raro es que aún esté aquí. Se irán más y pronto. Muy pronto, ocasión que aprovecharán (más) ya saben quienes.

El filósofo illa maravilla da datos del estudio de seroprevalencia. Me parto. Pensará que ahora, justo cuando lleva cuatro meses mintiendo con cifras y datos, nos vamos a creer lo que nos cuente del estudio de chichinabo que dice que ha hecho. Que no tenemos inmunidad de rebaño, dice. ¿Y ahora qué, machote?

Seguimos confinados hasta que el virus se aburra, o hasta que nos muramos de hambre, lo que ocurra antes. Lerdos peligrosos.

Pues inmunidad de rebaño no tenemos, pero somos un buen rebaño. Estoy en dos grupos de amigos, de esos llamados boomers. Ahora que estamos viviendo los momentos más graves de nuestra ya dilatada vida, esto es lo que ocurre. En uno hay censura total, no se puede criticar a los comunistas, con cualquier excusa buenista, quedando todo reducido a unos pocos chistes generales, poco hirientes, muy correctos. Es gente de la españa vaciada.

En el otro, la consigna es que la gente, o sea todos los que no sean ellos, son unos irresponsables, unos torpes ignorantes, que solamente se quieren ir de cañas, que nos ponen a todos en riesgo, que son, han sido o serán los culpables de la tragedia. Y que han dejado de aplaudir, insolidarios. Nos creemos lo que nos cuente el gobierno, sin digerir y obedecemos. Funcionarios el 90%.

En ninguno de los dos grupos ha habido ni el más mínimo debate, ni la más mínima crítica o discusión sobre la pertinencia de las medidas adoptadas, de la profundidad del recorte de derechos sufridos, de las mentiras vertidas, de la infame gestión de las compras, del secretismo de la gestión, del aprovechamiento para desarrollar leyes y avanzar en direcciones peligrosas, de la inminente ruina que nos acecha, que está llegando. Ni siquiera un atisbo de indignación.

Buen rebaño.

Llegará el tiempo, si Dios quiere, en el que nos preguntemos, todos, qué demonios hicimos cuando todo esto estaba pasando, cómo es posible que nos comportáramos así, cómo dejamos que sucediera. Vayamos poniéndonos el chándal, el bolivariano chándal

Mientras, algunos se levantan y atraen hacia sí todo el aparato del estado, a la policía. Aún son pocos para que haya jaleo de verdad. ¿Lo habrá? Veremos. Da qué pensar que el acto más revolucionario que se puede hacer ahora mismo es bajar a tu calle con la bandera de españa y quedarte parado. Da qué pensar.

Y nos siguen muriendo.

Definición de imbécil de la RAE, que debería ser de obligada lectura antes de votar (aun sin que muchos la comprendan): Tonto o falto de inteligencia.

Definición de criminal, según la RAE, 4ª acepción: que ha cometido o procurado cometer un crimen.

Definición de secuestrar, según la RAE: retener indebidamente a una persona para exigir dinero por su rescate, o para otros fines.

Y deseamos, de corazón, la total y completa recuperación de cuantos aquí se citan.

P.d.: el (no) uso de las mayúsculas es, cómo no, deliberado.

Tribulaciones en la crisis del virus (día 61)

Decenas de miles de personas fallecidas. Y las que no se cuentan. Y las que no quieren que contemos.

Los muertos del sepulturero profanador y su compinche bolchevique.

Sesión de control del gobierno en el congreso. Me toca las narices que la llamen de control, cuando no se controla nada. Discursos grandilocuentes, pero pactos, pactos y más pactos. Los que pactan, los que quieren destruir españa, por diferentes razones, pero destruirla. Y siguen mintiendo como bellacos.

Es la democracia, amigo, eso nos cuentan.

Pero vamos a lo que más está dando que hablar en las redes, esa supuesta utilización política de las policías en contra de los españoles y a favor del gobierno.

Pongamos que el primer día del estado de alarma, es decir, con el decreto original y sin haber entrado en ninguna de las esquizoides fases de la “desescalada de los huevos”, un atento caballero sale de casa a las 12 del mediodía. Ataviado con su mascarilla, se dirige a comprar el pan y unos comestibles que le hacen falta. Hace buen día y camina en solitario por una pista que le lleva al pueblo de al lado donde hay un pequeño supermercado muy bien surtido, a diferencia del super de su pueblo, más caro y peor surtido. Son unos tres kilómetros que recorre a buen paso, deteniéndose un par de veces a fotografiar unos pajaritos, que le gustan al buen hombre (tiene que haber gente para todo).

Una vez en la localidad, y antes de comprar, entra en la iglesia, que está abierta y reza en solitario unos minutos. Solamente hay otra persona, en la otra fila de bancos, también con mascarilla y se saludan desde la distancia. Después, entra en el supermercado, saluda a un conocido, sin acercarse demasiado, y compra lo que le hace falta.

Fuera, se dirige otra vez hasta su pueblo, pero va esta vez por una pista paralela a la carretera. Antes de entrar en casa, va hacia el estanco, a comprar tabaco, que todo el mundo tiene algún vicio, piensa. Además de hablar con el estanquero, saluda a su prima, que se cruza con él, también con su mascarilla, y le pregunta por el estado de toda su familia. Como están todos bien, se va hasta su casa, entra, deja la compra, se lava las manos y se sienta a descansar.

Por el camino, de vuelta, le había parado una patrulla. Al preguntarle qué hacía en medio del campo, contó su historia, la verdad. Le denunciaron por infringir la ley de seguridad ciudadana, desobediencia, artículo 36,6, porque estamos en estado de alarma, dijeron y usted no puede ir a comprar donde le da la gana, tiene que ir al más cercano, está poniendo en peligro la vida de sus conciudadanos. Es, en definitiva, un irresponsable.

Un dineral.

La pregunta que me hago es la siguiente. ¿cuántas conductas ilegales han podido descubrir en esta historia?

La respuesta es una. Solamente una. Y no la ha cometido nuestro amable caballero.

Si percibe otra cosa, allá usted.

Y nos siguen muriendo.

Definición de imbécil de la RAE, que debería ser de obligada lectura antes de votar (aun sin que muchos la comprendan): Tonto o falto de inteligencia.

Definición de criminal, según la RAE, 4ª acepción: que ha cometido o procurado cometer un crimen.

Definición de secuestrar, según la RAE: retener indebidamente a una persona para exigir dinero por su rescate, o para otros fines.

Y deseamos, de corazón, la total y completa recuperación de cuantos aquí se citan.

P.d.: el (no) uso de las mayúsculas es, cómo no, deliberado.

Tribulaciones en la crisis del virus (día 60)

Decenas de miles de personas fallecidas. Y las que no se cuentan. Y las que no quieren que contemos.

Los muertos del sepulturero profanador y su compinche bolchevique.

Hoy asomarse a los periódicos, a twitter y a esas cosillas ha dado pavor. O puede que yo esté un poquito paranoico, pero claro, con tantos días de secuestro…, todo es posible.

El caso es que Derribos Castejón & Turrión, la empresa que nos lleva la demolición del país plantea varias cosillas interesantes. Que si poner en cuarentena a los que nos visiten (¿quién va a querer venir? y ¿es que hasta ahora no se estaba haciendo, ni en el pico de la pandemia?), que si poner un impuesto a los ricos (otro), que si acelerar una ley para que no saquemos el dinero (que nos quede) al extranjero, que si prohíben las rebajas (para ayudar al pequeño comercio), madre mía.

Eso por la parte económica del tema, que es la que mejor llevan. La tienen tan controlada que el país ya está en la puta ruina, o sea demolido entero. Solamente tienen que apretar un poquito y ya no hay recuperación posible. Casualmente, en venezuela se ha disparado otra vez la inflación, concepto con el que tienen ustedes, amables lectores, que irse acostumbrando. Y con estraperlo. Y con corralito. Y con miseria. Y con cárcel.

Por la parte de la pandemia, tranquilidad absoluta, porque esa la lleva el tonto simón, y ya se sabe que, cuando un tonto coge una vereda, ésta se acaba y sigue el tonto. Así que dice el tío hoy que vamos de puta madre (y no se refería a la suya, no). Pues nada, que el tío que ha cambiado 250 veces de forma de contar muertos y contagios, que ha dicho de todo para no decir que te pongas una puta mascarilla, dice que vamos bien, que se lo ha dicho la comisión de los expertos secretos que tenemos.

En lo político, las hordas rojas se ceban en la pobre ayuso (lo siento chica, los tuyos llevan 40 años callados y vendiendo a sus mejores, acojonados), porque no me negarán que es una desfachatez propia de fachas muy fachas repartir mascarillas de las buenas para el pueblo y vivir donde te salga de los genitales (femeninos). Para el populacho, quieren decir. Que solamente los cuadros dirigentes tienen el derecho y deber de llevar de las buenas. Como de tener buenas casas, buenos coches, buenos aviones, buenos sueldos, buenas putas, buenas gambas. Los demás, a cobrar la paguita y a ser agradecidos, de rodillas y sin mirar a la cara.

Vamos tan bien que en el parte de podemos televisión han puesto las imágenes que se esperan este verano en las zonas de vacaciones, imágenes sacadas del nodo del generalísimo. Así que, si vamos a tener vacaciones franquistas, todas nacionales, también podemos (!) decir que este gobierno es franquista (¿no pablo?). Y que tendremos todo lo demás, a saber, trabajo, sueldos decentes, hipotecas 20 veces más pequeñas, seguridad en las calles, impuestos bajísimos, becas, buenos colegios, 17 veces menos políticos… ¿Será esa la nueva normalidad? Indecentes, absolutamente indecentes tus compinches y tú.

Hablando de arrodilladas, está la inés negociando con esta gente, a toda máquina, no vaya a ser que alguien haga algo pronto y se nos acabe el chollo. Tenemos gobierno para rato, presupuestos, prórrogas y lo que haga falta, que para eso está ella y sus rodillas. Algo caerá, inés, algo caerá. Tu dignidad ya no, esa ya no.

Algunos valientes salen cacerola en mano por las tardes, con una bandera. Con su bandera. Protestan contra la mayor ilegalidad cometida nunca en “democracia”, mientras la policía se empeña en hacer el ridi de nuevo. Espero que haya tomado buena nota nuestro amable general, ese que nos sigue monitorizando, el pobre, que se le acumula el trabajo. Y más que tendrá estos días. Para facilitárselo, aquí tiene a uno que dice alto y claro que esto es una puñetera dictadura, donde la ley no existe, nuestros derechos tampoco y un gobierno criminal nos lleva a la ruina mientras nos mantiene secuestrados, juega con nuestras vidas y ha dejado morir a miles de ancianos, nuestros abuelos.

Ya sabe dónde encontrarme. Sigo en pie.

¿La gente? De cañas. Ahora no se aplaude, se va de terrazas. Tenemos lo que merecemos, no se olviden.

Y nos siguen muriendo.

Definición de imbécil de la RAE, que debería ser de obligada lectura antes de votar (aun sin que muchos la comprendan): Tonto o falto de inteligencia.

Definición de criminal, según la RAE, 4ª acepción: que ha cometido o procurado cometer un crimen.

Definición de secuestrar, según la RAE: retener indebidamente a una persona para exigir dinero por su rescate, o para otros fines.

Y deseamos, de corazón, la total y completa recuperación de cuantos aquí se citan.

P.d.: el (no) uso de las mayúsculas es, cómo no, deliberado.

Tribulaciones en la crisis del virus (día 59)

Decenas de miles de personas fallecidas. Y las que no se cuentan. Y las que no quieren que contemos.

Los muertos del sepulturero profanador y su compinche bolchevique.

Mientras las cifras de fallecidos y contagiados diarios van bajando, tanto que la gente comienza a olvidar, el auténtico esperpento de la “vuelta a la nueva normalidad” ha comenzado.

Aunque siguen cayendo querellas por homicidio, siguen.

Donde estoy pasando esta auténtica locura, estamos en fase 1, creo. Esto significa, básicamente, que sigo secuestrado pero que puedo salir a lo que me salga de ahí, siempre que no diga que estoy paseando o haciendo deporte. Aunque si son las 8 de la tarde, sí puedo decirlo, que bien lo sé. Somos idiotas.

Por motivos profesionales, desmenuzo la normativa dictada por estos auténticos canallas que tenemos por gobierno, sacando hasta los más nimios detalles. Esto conduce inevitablemente a la esquizofrenia, así que cuando una compañera de fatigas laborales resopla varias veces seguidas, hay que dejarlo para no ir directamente a un sanatorio mental.

Ayer y hoy, grupos de valientes se van calentando y protestan contra el infame gobierno. A nadie que mire con los ojos abiertos, que no esté ciego, se le escapa que todo lo que hacen no responde a nada que tenga que ver con criterios sanitarios. Nada.

Lo único que le importa es seguir manejándonos y llevándonos a una dictadura (cerca estamos) de esas que te hacen estremecer con solamente imaginar.

Y las policías se van poniendo nerviosas, porque sus desproporcionados despliegues para intentar acallar las protestas, son vistas ya como represión. Apelan en las redes a que son los buenos, pero siguen actuando desproporcionadamente, como desde el principio. Basta ver la cantidad absolutamente indecente de denuncias y de detenciones impuestas, además de que son por conceptos clara, pero claramente, irregulares.

Acabarán pagando, pero, sinceramente, lo tienen algo merecido. Su misión es hacer cumplir las leyes, solamente eso, para lo que hay que conocerlas y aplicarlas según el caso. El estado de alarma suspendía, de hecho, derechos constitucionales, pero lo que no suspendía era la profesionalidad de los agentes. O no debería haberlo hecho. Si algo le podemos pedir a quien nos “protege” es que no entre en pánico.

Pero el sepulturero profanador, su compinche bolchevique y sus matones siguen a lo suyo. Hoy anuncian que darán la paguita famosa, de 1.015 lereles por familia. Las que ellos digan, al módico precio de 1.100.000.000 lereles mensuales, millón arriba, millón abajo. Unos tres millones de votos, más o menos. Más los que cuenten ellos. Chollo.

¿Quién va a pagar…? Me parto.

Y que van a extender el control de precios a más sectores, porque lo de las mascarillas ya lo han controlado. Así que nos prepararemos para la escasez de todo lo que el genio garzón toque.

Oye, pues las terracitas estaban a tope, con gente esperando para tomarse su cañita. Paga pedro y pablo, chavales. Esto es vida.

Bueno, también están los cansinos que dicen que si hay rebrote los culpables seremos nosotros. Ellos no, nosotros, la gente, ese grupo de personas en el que nunca están ellos (casualidad). Pero almas de cántaro, si solamente le estamos haciendo caso al gobierno, el que no se equivoca, el que no miente, el que nos cuida, el que ha hecho lo que ha hecho falta, cuando ha hecho falta y todo lo que ha hecho falta. Si nuestro enterrador favorito, su vicepandemias, illa maravilla y el tonto simón dicen que podemos tomar cañitas en una terraza, pues será que podemos (unidos podemos).

Que no dejemos a nadie atrás. Bueno, a los madrileños sí, que ya no son bienvenidos en ningún sitio, los pobres, por votar mal. Y a los valencianos, por lo que sea. Y a los castellanos viejos, por vaciados. Y a los ancianos en las residencias de vicepandemias, por viejos.

Y nos siguen muriendo.

Definición de imbécil de la RAE, que debería ser de obligada lectura antes de votar (aun sin que muchos la comprendan): Tonto o falto de inteligencia.

Definición de criminal, según la RAE, 4ª acepción: que ha cometido o procurado cometer un crimen.

Definición de secuestrar, según la RAE: retener indebidamente a una persona para exigir dinero por su rescate, o para otros fines.

Y deseamos, de corazón, la total y completa recuperación de cuantos aquí se citan.

P.d.: el (no) uso de las mayúsculas es, cómo no, deliberado.

Tribulaciones en la crisis del virus (día 58)

Decenas de miles de personas fallecidas. Y las que no se cuentan. Y las que no quieren que contemos.

Los muertos del sepulturero profanador y su compinche bolchevique.

Dentro de nuestro encarcelamiento, nos estamos divirtiendo. Hoy al sepulturero profanador le han dicho de todo en la conferencia de presidentos de comunidades autóctonas. Casi 20 gallitos en el corral y nuestro enterrador favorito encajando golpes, algunos de los suyos.

Supongo que las cosas serían algo así como, cómo te atreves a dejar a los míos en fase -1, cuando mis vecinos, que me dan mucho asco, pasan a fase 7, pero qué te has creído, con lo que yo te he apoyado. Toma nota el vicepandemias, ya sacará el piolet a relucir en cuanto tenga ocasión.

A la de madrid le zurra todo el mundo. Como es mujer y del pp, lo tiene clarinete. Le zurran los contrarios, que son machistas de marca mayor y además odian a los que tienen algo más de cabeza que ellos (el 99,99% de la población) y le zurran los suyos, aunque sea por omisión de defensa. Y por envidia también, que hacerlo medianamente bien deja en evidencia al resto de cobardes, qué se habrá creído con lo obedientes y dóciles que son ellos.

Y los separatas a sacar tajada, que para eso son los más matones (dicho esto literalmente) de la banda, al menos de momento. Cuando haya piolets de por medio, ya veremos.

Pero españa pasa de fase en un 51% de la población, pírrica mayoría como la de la investidura. Victoria.

Sé que no sirve de nada, porque seguimos secuestrados, pero te divierte la tarde. Aquí tenemos enchufe, semos de los buenos y mañana pasamos a la fase 32,5, que no es más que la misma mierda con otro nombre, como dice una sufridora que ha tenido la “desgracia” de pasar el confinamiento en una casa de disidentes todos.

Noticias buenas, que europa nos abandona  y dice ahora que da permiso para nacionalizar empresas, o sea, justo lo que el compinche bolchevique y sus muchachos quieren hacer desde el principio.

Esto pinta más negro que la bola esa del billar americano.

Como bajan las cifras, esas que se inventan todos los días, ya solamente se habla de política y de economía. Los ciudadanos van, poco a poco, aprobando la gestión del infame gobierno y acabarán resignados con la situación, dando por buenos los muertos no contados y no vistos, culpando de la ruina que se viene encima al malvado capitalismo, a Trump, a europa y a doraimon, por ejemplo. Lo que les quieran contar, pobrecitos.

Mañana no tomaré una caña en ninguna terraza, seguro, pero muchos, obedientes, lo harán encantados. Sin reparar en que no hay ningún motivo para que puedan hacer eso y no cualquier otra cosa que se les ocurra. Cualquier otra.

No puedo imaginar emergencia ninguna en que sea preferente tomar una caña en una terracita que hacer cualquier otra cosa.

Borregos domesticados, abducidos. Nos esperan tiempos muy duros, porque el lobo no se acerca. Ya está aquí.

Basta haber escuchado a la chiqui en la rueda de prensa (!) de hoy, dando por hecho que seguiremos en alarma hasta julio, como poco. Tela.

Y nos siguen muriendo.

Definición de imbécil de la RAE, que debería ser de obligada lectura antes de votar (aun sin que muchos la comprendan): Tonto o falto de inteligencia.

Definición de criminal, según la RAE, 4ª acepción: que ha cometido o procurado cometer un crimen.

Definición de secuestrar, según la RAE: retener indebidamente a una persona para exigir dinero por su rescate, o para otros fines.

Y deseamos, de corazón, la total y completa recuperación de cuantos aquí se citan.

P.d.: el (no) uso de las mayúsculas es, cómo no, deliberado.

Tribulaciones en la crisis del virus (día 57)

Decenas de miles de personas fallecidas. Y las que no se cuentan. Y las que no quieren que contemos.

Los muertos del sepulturero profanador y su compinche bolchevique.

Ayer hice una entrada en este blog tal y como los expertos del comité famoso para la desescalada de las narices, siguiendo criterios científicos y los de todos los expertos. Así que no lo han leído ustedes, queridos lectores, tal y como no existe el puñetero comité y tal y como no conocemos el nombre de sus no integrantes. El que decide es el vicepandemias, el compinche bolchevique y sus huevos morenos, el gobierno criminal.

Lo que nos está ocurriendo es algo inaudito. Pero inaudito de verdad, no exagero. Esta mañana despertamos con otro boe, van miles de páginas de normativa, de regulación, borrachera del estado, borrachera de un sistema corrupto hasta la naúsea.

Y, desde el lunes por hallarme en una de las provincias afortunadas (entiéndase la ironía), puedo ir a sentarme en una terraza, a tomar una caña, si es que encuentro sitio. Pero para salir a dar un paseíto a menos de un kilómetro de mi humilde morada tengo que esperar a las ocho de la tarde. Si no, la policía, esa que se está comportando de una forma absolutamente matonil en todo esto, me cruje.

Bueno, pues iré a tomarme la cañita a una terraza que está mucho más lejos de un kilómetro de mi casa, y ya está. Y cogeré el coche y me iré a comprar algo a una ferretería de un pueblo que está por ahí, en cualquier sitio de mi afortunada provincia.

Con este resumen, creo que queda claro, que sigue quedando claro a qué está jugando esta gente. Está jugando con nosotros, con nuestra salud, con nuestros muertos, con nuestra libertad. Con nosotros.

Vivimos en un país sin ley, sin orden, en una dictadura disfrazada de democracia, de suave régimen paternalista que nos protege. El estadito este de alarma va a durar más que lo que se tolera constitucionalmente para el estado de excepción, mucho más grave. Y la oposición en bloque (casi) votó a favor, lo convalidó. Alucinante.

Alguien creía que teníamos división de poderes, que teníamos poderes. Que teníamos un defensor del pueblo (dónde está cuando nos han quitado nuestros derechos fundamentales, dónde), que teníamos pueblo.

Aquí todo chichirribuche protesta cuando le ponen poca nota en un examen, cuando tardan medio minuto en atenderle en un bar, cuando la comida no está a su gusto, cuando el jefe le dice que tiene que trabajar, pero no ha dicho ni pío cuando encarcelan a la población. De coña.

Miedo al virus. No. Borreguitos domesticados por un estado totalitario, incapaces de luchar, siquiera de protestar por su libertad. ¿Ha pedido alguien que se rindan cuentas de lo que se ha hecho para salvar vidas, para separar a los enfermos de los sanos, para salvaguardar la propiedad de cada uno, para contar bien a los muertos, para poder tener respeto, para proteger a los sanitarios, a los trabajadores en general?

Pues eso.

El estado de alarma amenaza con ser eterno y lo que es peor, amenaza con volver en cualquier momento y con cualquier causa. La primera vez será por un rebrote, las demás serán por emergencias reales o inventadas, médicas, económicas, sociales, políticas o qué sé yo. Al tiempo, luego no digan que no se podía saber.

Y nuestra idiocia amenaza con que aplaudamos porque nos quiten de un plumazo todo eso que las élites mundiales no quieren que el común de los mortales tengamos. Riqueza, ahorro, bienestar, viajes, turismo, independencia, libertad.

Qué virus más listo.

Por cierto, creo que hoy ha habido aló presidente de nuevo, creo.

Y nos siguen muriendo.

Definición de imbécil de la RAE, que debería ser de obligada lectura antes de votar (aun sin que muchos la comprendan): Tonto o falto de inteligencia.

Definición de criminal, según la RAE, 4ª acepción: que ha cometido o procurado cometer un crimen.

Definición de secuestrar, según la RAE: retener indebidamente a una persona para exigir dinero por su rescate, o para otros fines.

Y deseamos, de corazón, la total y completa recuperación de cuantos aquí se citan.

P.d.: el (no) uso de las mayúsculas es, cómo no, deliberado.

Tribulaciones en la crisis del virus (día 55)

Decenas de miles de personas fallecidas. Y las que no se cuentan. Y las que no quieren que contemos.

Los muertos del sepulturero profanador y su compinche bolchevique.

Volvemos a la nueva normalidad, que consiste en que nosotros estamos secuestrados y ellos vuelven a sus cuitas. Ahora se reparten silloncetes en la comisión de la reconstrucción. O sea, que los que han provocando la devastación del país, tanto política como económicamente, lo van a reconstruir. Ésta sí que es gorda, dirían en mi pueblo.

Lo van a reconstruir con sus materiales, claro. Lo van a dejar a su gusto. Elegirán el color de los azulejos de la cocina, la encimera y los muebles del salón, sin olvidarse de las rejas de las ventanas, para que no escapemos. Las veletas y la derechita cobarde están también ilusionadísimos, porque les han dicho que ellos son el bidé.

Mientras el tonto simón dice que nos morimos muchos porque nos morimos en la carretera…, ahora que no nos dejan circular. No me digan que no es para quererlo.

Empieza a revolotear la quiebra en el ambiente. La quiebra irremediable, como única esperanza.

Descorazonadora esperanza.

Esperanza al fin y al cabo.

Y nos siguen muriendo.

Definición de imbécil de la RAE, que debería ser de obligada lectura antes de votar (aun sin que muchos la comprendan): Tonto o falto de inteligencia.

Definición de criminal, según la RAE, 4ª acepción: que ha cometido o procurado cometer un crimen.

Definición de secuestrar, según la RAE: retener indebidamente a una persona para exigir dinero por su rescate, o para otros fines.

Y deseamos, de corazón, la total y completa recuperación de cuantos aquí se citan.

P.d.: el (no) uso de las mayúsculas es, cómo no, deliberado.