Diario de una muerte anunciada XVII

Diario de una muerte anunciada XVII

Día 25 desde la rendición. Día 16 desde la separación.

Han pasado cinco días desde que se «empezó» el famoso 155, y esta tarde se habla en el senado español sobre el tema.

Durante todo este tiempo, todos los partidos han hablado, todos han arrimado el ascua a su sardina. Que si todavía están a tiempo, que si diálogo y luego veremos, que si se convocan elecciones autonómicas nos olvidamos de todo, que si no es suficiente, que si ahora sí, que si ahora no… Incluso se contradicen los voceros del mismo partido, uno dice blanco, otra dice negro.

Seguimos, pues, el pasteleo a que estamos acostumbrados en España, para este tema y para los demás, sean graves problemas o minucias, todo es un devenir de palabras vacías y de hechos que las contradicen.

Y el presidente catalán ha hecho lo mismo hoy. Que si voy al senado, donde había sido ¡invitado! por los senadores españoles (sí, un golpista invitado a hablar en la sede de la soberanía que pisotea, válgame), que si no voy, que si puede que convoque elecciones, que si no, que si comparezco, que si no.

Finalmente, compareció y dijo: no hay elecciones, esta tarde nos vemos en el parlamento y seguiremos adelante.

Así que asistimos a una doble sesión: en el senado se debate tomar medidas según el 155 de la constitución española, mientras en el parlamento catalán se debate si declaran (otra vez) la independencia.

El senado vota que vota mañana, sin saber todavía qué van a votar y los catalanes dicen que mañana votan, pero todavía no se sabe qué votan.

No me digan que no lo tienen ustedes claro.

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