Día 1
No había llegado el mediodía cuando sucedió lo que los que leen y observan sabían que iba a suceder.
Porque lo que pasa se vuelve claro cuando uno observa lo que ocurre, escucha lo que dicen unos y otros y lee lo que escriben en cartas y artículos sin dejarse llevar por lo que le gustaría escuchar, lo que querría leer o lo que le apetecería que sucediese.
Mientras media españa ha pasado un fin de semana esperanzada por perder de vista a su enemigo declarado y otra media ha estado triste y compungida porque su amado líder o su aliado de conveniencia iba a sucumbir ante los feroces ataques de los malos, algunos teníamos el ánimo tranquilo, seguros del desenlace.
Estos ven inexistentes fantasmas de otra época en todos los que exponen mínimamente la realidad. Aquellos repiten los mantras de la apesebrada prensa, distinguiendo siempre a la persona del partido, despistados pues el partido es el que ha dado golpes y golpes, y se envenenan llamando narcisista, mediocre e incompetente al que, una y otra vez, les chulea.
Ya desde el anuncio se podía apreciar claramente lo que era. Solamente había que leer la famosa carta prestando atención a las palabras exactas sin dejar que te turbara un posible abandono que no era más que un señuelo para incautos.
Nada es nuevo en la retórica, en las formas y en los objetivos de nuestro presidente y tampoco es improvisado.
Con lo que cuenta el nada mediocre y nada torpe presidente en estas lides de pastorear a la gente, es con la debilidad mental de su rebaño. Por un lado tiene a los suyos, que a fuerza de deglutir la pérfida ideología comunistoide, tienen el cerebro hecho papilla y razonan menos que una ameba. Por otro están los que dicen estar en contra, pero no hacen más que idolatrar al estado como el poderoso leviatán que es y que resudan falsas esperanzas de ver auparse a los de ese otro partido que jamás ha sido oposición de nada. Y en medio, esos cuyo acto de rebeldía más notorio, cuando la conversación se vuelve desagradable, es decir que todos son iguales.
También cuenta el ahora reforzado presi con la extraña, pero agradable para sus fines, configuración de las fuerzas políticas que pueblan por aquí. Comunistas de siempre o filoterroristas, chavistas, separatistas de las izquierdas guerracivilistas, nacionalistas supremacistas o burgueses y los meapilas de los azules que no aspiran a nada más que a ser los eternamente insultados y que se dedican constantemente a engañar a sus borreguiles votantes y a dejarse sodomizar mientras ponen cara de disgusto. Todos son aliados en el gran saqueo y el gran descuartizamiento. El saqueado es usted, la descuartizada una débil y entregada nación.
Que llevemos así mucho tiempo no lo hace menos peligroso.
No va a ser agradable.