Se engalanan las casas, repletas de árboles, cintas, bolas, belenes, adornos, luces.
Los niños alborotan, vestidos de fiesta, sudando entre jerséis de lana y leotardos. Los mayores se visten con sus mejores galas, brindan con vino, charlan y cuentan historias de tiempos pasados que puede fueran mejores.
El horno y los fogones a todo trapo calientan el hogar y dejan escapar los olores de siempre, los que nos llevan a la infancia más tierna.
Algunos recorren muchos kilómetros para llegar a la cita, otros salen de trabajar corriendo, antes de tiempo, entre despedidas siempre repetidas. Otros se levantarán antes de la mesa y acudirán a sus trabajos, después de un brindis, rapidito que me voy.
Las familias se reúnen, las que pueden, y las que no, hablarán a lo largo de la velada con los que quedan lejos, con los que no han venido, enviarán cursis felicitaciones digitales, versiones modernas de las postales en las que solamente cabían los buenos deseos y las emocionadas firmas.
En la tele todos cantan y bailan, brindan y algunos dan discursos escuchados o ignorados, solemnes siempre. Las sonrisas dominan la escena.
Hoy todos nos dicen que ésta es la época de la amistad, de la solidaridad, de los buenos deseos, de reunirse con familiares y amigos, de los regalos, que el mundo cambia por unos días.
No.
Él está entre nosotros, acaba de nacer, ha venido por nosotros. Se ha hecho hombre por nuestra salvación.
Por los que llenarán esta noche las iglesias bien abrigados entre la espesa niebla de incienso, por los que acuden cada semana, testigos mudos, casi ya furtivos.
Por los que son odiados por pensar que un niño es un niño y una niña es una niña y no merecen que los maten aunque no hayan nacido aún, que el matrimonio es lo que siempre ha sido, que la familia es nuestro refugio, que los hombres no son el demonio y las mujeres no necesitan tutelas.
Por los que odian a los que rezan al Niño que nace hoy. Por los que los persiguen, torturan y los matan.
Por los que creen y por los que no creen. Por los que tienen y por los que no tienen. Por los que dan, por los que no.
Por los que sufren, por los que ríen.
Y también por ti.
Es Navidad.