La ministro es médico
Tenemos una ministro de sanidad que es médico. La conocemos bien, bastante bien, por sus intervenciones en eso que dan en llamar asamblea de Madrid y en varias campañas electorales. Momentos estelares suyos son, por ejemplo, el gesto de disparar a un rival político, la cara de cemento armado que puso cuando acusó a otro de cobrar una ayudita cuando ella también la cobraba y el bochorno de verla y escucharla en esos programas que llaman debates y que no lo son. Así que podemos pensar fácilmente que cualquiera puede llegar a ministro. Pero también podemos pensar que cualquiera puede llegar a médico. A esta conclusión llegamos enseguida después de ver el ridículo tan espantoso que hicieron los ahora llamados sanitarios hace tres años y que tanto desprestigio…