Tribulaciones en la crisis del virus (día 10)

Tribulaciones en la crisis del virus (día 10)

33.089 casos y subiendo, datos como siempre ofrecidos por el ministerio del tiempo (¿o es de sanidad?). De los fallecidos prefiero no decir nada. No son números, son personas. Y como tales hay que tratarlos.

Los de siempre, de vuelta al trabajo, siempre complicado en esta situación. Hay que seguir transportando mercancías, abriendo tiendas, reponiendo estantes, despachando pan y esas cosas que aún se pueden hacer. Y otros curando, o tratando de curar, de atender enfermos. A destajo. Sin descanso ni domingos, ni material.

Mientras, los que son un gasto superfluo, siguen a lo suyo. Pocas quejas para no tener material de protección y, peor aún pues eso duele más, para tener un gobierno que disimule su odio, su inquina, su desprecio hacia ellos. Pocas quejas y muchas horas. Pocas quejas y mucha mierda, como siempre. Arrieritos somos…

El día ha sido interesante. Desayunamos con titulares de lo país, la gacetilla que todos los progres llevaban bajo el brazo en otros tiempos, azuzando a la peña a poner denuncias contra el presi, o sánchez o ambos. Está claro que es una distracción o una advertencia, pero mola leerlo.

Luego, desde madrid advierten que han comprado material, que va a llegar pronto y que no se lo confisquen, que lo dejen circular. Vaya gestión de crisis. Cada uno haciendo lo que puede, porque el gobierno del sepulturero profanador está ocupado en dar mítines larguísimos (aló presidente en plan llorón), en acabar con la poquita libertad de expresión que queda, en cerrar el congreso, en indultar amigos, en mentir, en disimular… Nos deja morir en paz, sin estorbar. Se le agradece el detalle.

Y la guinda del pastel de hoy: carmen calvo, apodada por ella misma la bonita, está ingresada. Antes de nada, espero que se recupere pronto y bien, como no.

Está en la clínica Ruber, que, como todo el mundo sabe es una clínica pública del montón, de esas enclavadas en barrios obreros, atendida por funcionarios de los de toda la vida, progres todos, en la que las habitaciones son compartidas y todo, absolutamente todo, es gratis.

La caradura de estas progres es infinita. Pero la entiendo; tienen a un ejército de tontitos útiles que les votan, que les jalean, que les creen, hagan lo que hagan, digan lo que digan. Como son del pueblo, pues se mean en el pueblo y éste dice que llueve.

Los apesebrados de los medios de comunicación se apresuran a mentir para protegerla. Para decir lo que no es, para explicar que ella no quería, que no sabía, que la obligaron, que la obligamos. Al final será una víctima que se sacrifica por nosotros, borregos que no la adoramos.

Y muchos comienzan a lanzar todas las plegarias que saben, que no son muchas, para que la salud del sepulturero profanador aguante. Le sustituiría su compinche bolchevique. Solamente de pensarlo, a uno le entran sudores fríos.

Como se ve, todo puede empeorar, aunque parezca que hemos tocado fondo.

Pocos advierten de lo que se nos viene encima. Pocos, como siempre.

Hoy recordamos la definición de caradura, según la RAE: sinvergüenza, descarado. Y la de sinvergüenza: dicho de una persona, que comete actos ilegales en provecho propio, o que incurre en inmoralidades.

Y recordamos la definición de mentiroso de la RAE: que miente, y especialmente si lo hace por costumbre.

P.d.: el (no) uso de las mayúsculas es, cómo no, deliberado.

Esta entrada tiene un comentario

  1. Arsenio Bernal

    «Como son del pueblo, pues se mean en el pueblo y éste dice que llueve».

Deja una respuesta