Tribulaciones en la crisis del virus (día 29)

Tribulaciones en la crisis del virus (día 29)

161.852 casos y subiendo. Un bulo. Otro bulo.

Estamos ya en la desescalada y en la escalada. Desescalada en las cifras, entiéndase las oficiales para que luego no digamos que nos hemos llevado sorpresas. Y escalada en la segunda de las plagas, que es, repitámoslo, el comunismo que llevamos instalado desde antes del virus y que se ha recrudecido junto con éste.

Antes de entrar en harina, la buena noticia del día, casi del año o del siglo: este sábado no hay aló presidente. Respiran tranquilos en los hogares españoles, excepto este grupeto (pobretes) que necesita ver a su gran líder infundiéndoles ánimos mientras se ríe en sus caras, pero es mu guapo, oiga.

Las malas noticias son, básicamente, las de siempre.

Los fallecidos. Esos a los que casi nadie muestra un mínimo de respeto. No se lo muestra el canalla gobierno (ni lutos, ni menciones, ni silencios), no se lo muestran los arrodillados, recogiendo las monedas de plata, medios de comunicación (ni lutos, ni menciones, ni silencios), no se lo muestra la gente que, infantilizada, sale a diario a aplaudir como niños chicos y a montar verbenas, pero no a presentar sus respetos (ni lutos, ni menciones, ni silencios).

El feroz ataque del poder establecido. Del canalla gobierno y sus mercenarios a las libertades. En plena emergencia sanitaria se dedican a perseguir, acosar e insultar a los disidentes. Control de redes, control de teléfonos, control de información, control, control, control. Si alguien no imaginaba que podría llegar a vivir en una distopía de esas al uso en la literatura o en las películas, que vaya despertando.

Los pactos de la infamia. Antes de que todo haya sido destruido, antes de que dejemos de apilar ataúdes, antes de dejar otra vez a la gente salir de su secuestro para ganarse el pan, llaman a «pactar por la reconstrucción». Y lo hacen los mismos que han provocado, que aún están provocando la destrucción. Con la desfachatez que les caracteriza, reparten culpas y responsabilidades. El clásico yo no he sido, has sido tú, pero no te lo voy a tener en cuenta si te avienes a hacer lo que yo quiera, a decir lo que yo quiera, a tragar con lo que yo quiera. Bueno, sí te lo voy a tener en cuenta, no te dejaré de insultar y culpar ni un instante. Yo soy así, la izquierda es así. Criminal, pero insultante a la vez. Son despiadados hasta en la muerte.

El «principal partido de la oposición». Tan acomplejado como de costumbre, sigue engañado, vilipendiado, toreado, tan de rodillas como siempre. Tragarán, lo harán, no me cabe la más mínima duda. Tragarán y lo harán con cualquier excusa, con cualquiera. Y por su trozo del pastel de poder, no nos engañemos, que es a lo que están, no se me olvida. Pero seguirán disfrazados de «los buenos», mientras engañan a los «suyos». Ya saben lo que suelo decir: izmierda disfrazada de otra cosa. Por cierto, si me equivoco y no tragan, no me importará reconocerlo. Al fin y al cabo, sería la primera vez que me ocurre con esa gentita.

El comunismo. Avanza rápidamente, sin sorpresas a poco que estés un poco al cabo de las noticias (las de verdad) y de la historia. Ésta es su oportunidad. Puede que aún no sepamos si ha sido buscada o no, pero es su gran oportunidad. Todas y cada una de las medidas que plantean el sepulturero profanador y su compinche bolchevique son las que planteaban en las campañas y que luego la realidad les frenaba, ralentizaba. Ahora, aprovechando la crisis a la que ellos mismos aplican fuelle, están desbocados. Si no me creen, lean el boe de hoy, el de hoy. Lleva un ejemplo de esas medidas. Claro que si solamente se informan por la secta, podemos televisión y otros vertederos parecidos, no se lo habrán contado. Boe de hoy, señores.

La gente. La mayoría. Tan acongojados, tan aborregados, tan dóciles que no se plantean que no están confinados, sino secuestrados. Que no se plantean que, los mismos que decían antes unas cosas, dicen hoy otras y siguen pidiendo obediencia. Que nos dijeron que estaba todo controlado, llevamos 16.000 muertos y ahora nos dicen que está todo controlado para ir saliendo de casa. Que nos dijeron que nos ayudarían en la crisis y van a provocar la miseria de todos. Que nos iban a dar material de protección y no tenemos mascarillas. Que nos iban a hacer testes hasta para saber nuestros gustos culinarios y solamente tenemos predictors que aún no han llegado.

Pero insultan a los que salen de casa, mientras en las redes difunden vídeos de hospitales, de ifemas y de otros lugares donde se concentran decenas de personas a aplaudir. Y todas gente de riesgo, rodeadas de contagiados a diario. Mientras en las televisiones se muestran imágenes parecidas, y otras de políticos acudiendo aquí y allá, al parecer sin riesgo de expandir la enfermedad, a pesar de llevar séquito y cámaras a gogó. Mientras, obscenamente, la tele muestra a reporteros por las calles, que no contagian ni se contagian, haciendo absurdos reportajes de lo obvio: las calles están vacías.

Pero si tú sales a correr, solo, eres un peligro. Si te vas a tu casa, al pueblo, con tu familia y no sales de allí, eres casi un delincuente. Y sin casi. Si quieres despedirte de tu familiar, celebrar un sencillo funeral, estás loco y, además, eres facha. O católico, lo que es lo mismo. Y si quieres asistir a una eucaristía, con menos gente que en cualquier plató de televisión, simplemente, deberían aplicarte un castigo como en… Callo, porque ejemplos en los años 30 del siglo pasado tenemos muchos, desgraciadamente.

Sigan en sus casas, sigan sin rechistar.

Y por si faltaba algo, los artistas, esos seres necios, serviles, egoístas, odiadores, envidiosos e interesados, han reclamado su parte de la tarta. Cual niños mimados, han gritado: «queremos pasta (más) o nos enfadamos y no respiramos». Qué pena que se la hayan prometido, porque nos habríamos ahorrado sus insultos, sus mentiras y su odio en twitter.

Y seguimos muriendo.

Resistir, 7ª acepción: oponerse con fuerza a algo.

Repugnar, 5ª acepción: causar aversión o asco.

Obsceno: Impúdico, torpe, ofensivo al pudor(a la honestidad, modestia,recato).

Implorar: pedir con ruegos o lágrimas algo.

Recordamos la definición, esta es mía, de muy peligroso: nuestro gobierno.

Definición de imbécil de la RAE, que debería ser de obligada lectura antes de votar (aun sin que muchos la comprendan): Tonto o falto de inteligencia.

Definición de criminal, según la RAE, 4ª acepción: que ha cometido o procurado cometer un crimen.

Definición de mentiroso de la RAE: que miente, y especialmente si lo hace por costumbre.

Definición de secuestrar, según la RAE: retener indebidamente a una persona para exigir dinero por su rescate, o para otros fines.

Y deseamos, de corazón, la total y completa recuperación de cuantos aquí se citan.

P.d.: el (no) uso de las mayúsculas es, cómo no, deliberado.

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