Tribulaciones en la crisis del virus (día 31)

Tribulaciones en la crisis del virus (día 31)

17.489 personas fallecidas. Y las que no se cuentan.

Los muertos del sepulturero profanador y su compinche bolchevique.

Terminada la Semana Santa, se permite la vuelta al trabajo de los pocos que pueden volver a trabajar, con amplio despliegue mediático en torno al reparto de mascarillas del gobierno a los trabajadores. Amplio es el despliegue, pocas las mascarillas. No olvidemos que ha pasado un mes desde nuestro secuestro (precedido por llamadas a las orgías feministas en las calles) y que todavía hoy las mascarillas, ahora sí recomendadas y dentro de nada obligatorias, escasean en nuestro país.

Escasean y, por esa razón, el gobierno las reparte magnánimamente. Las pocas que tiene, intencionadamente sin duda, las asigna a quién le interesa. Unas pocas para los sanitarios, no se enfaden demasiado, otras poquitas para los superfluos, que no se encabronen que tienen mala leche, y otras para los trabajadores, que están en manos de los malvados empresarios.

Mientras empresas, muchas, algunas comunidades autóctonas, otros países y organizaciones varias se abastecen en el mercado internacional de mascarillas, nuestro gobierno da unas poquitas por aquí y unas poquitas por allí. Ya sé que lo fácil es pensar que son unos inútiles, sólo hay que mirales y escucharles, pero tamaño despropósito solamente se entiende si introducimos el ánimo de llevarnos a la ruina lo antes posible, como parte para inocularnos su programa ideológico inmediatamente.

Para eso tienen el boe. Por cierto, suenan rumores de que mañana veremos aprobada en el consejo de ministros, ministras, ministres, ministrines y astronautas una paguita para todos, qué bien. Pues lo veremos, lo veremos, a ver si nos equivocamos o no.

Luego está el burguer marlaska arreando a casado el blando en las ruedas de prensa, justo cuando parece que éste muerde el anzuelo. Se lo tengo dicho, tienen lo que merecen.

Y los polis cubriéndose de gloria en la tele. El otro día nos dice una comisario como un armario que el culto religioso está prohibido, con un par, y hoy nos dice un general que han detenido a uno con 30 kilos de naranjas. Con la que está cayendo, nos venden como un triunfo pillar a uno robando unas naranjas. Creía yo, ingenuo, que había que tener algo más de dignidad y amor propio para ser general. A ver, caballeros (y damas), que está muriendo gente a chorros, así que no está bien dar noticias que no lo serían ni en tiempos de normalidad, ni asociar a los que se saltan el confinamiento (seguro que muchos de ellos con razones sobradas aunque sean denunciados) con la delincuencia. Modérense.

La gente secuestrada, la ruina galopando entre nosotros, el gobierno feliz mientras todo pasa. Ni en sus mejores sueños se lo habían imaginado.

Pero no nos olvidemos que, al menos hasta que alguien me demuestre que no, a esta gentuza la hemos votado entre todos. Lo digo para que nadie eluda su parte de responsabilidad. La política, la riqueza, la democracia, la VIDA, no es un juego de adolescentes. Si no eres responsable, si delegas las cosas más importantes de tu vida en otros, y además, estos son unos locos o payasos o delincuentes o necios o todas esas cosas juntas, te pasa esto. Y lo que venga.

Mañana más, que no mejor.

Y nos siguen muriendo.

Definición de imbécil de la RAE, que debería ser de obligada lectura antes de votar (aun sin que muchos la comprendan): Tonto o falto de inteligencia.

Definición de criminal, según la RAE, 4ª acepción: que ha cometido o procurado cometer un crimen.

Definición de secuestrar, según la RAE: retener indebidamente a una persona para exigir dinero por su rescate, o para otros fines.

Y deseamos, de corazón, la total y completa recuperación de cuantos aquí se citan.

P.d.: el (no) uso de las mayúsculas es, cómo no, deliberado.

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