Decenas de miles de personas fallecidas. Y las que no se cuentan. Y las que no quieren que contemos.
Los muertos del sepulturero profanador y su compinche bolchevique.
Antes de nada, saludo al guardia civil o policía que monitoriza este texto, tan lleno de comentarios negativos, de los que no se aceptan. No sé si es de la escala básica o es un general, pero espero que no se lo tome a mal. No es nada personal. Y acepto comentarios.
No saludo, en cambio, a ese miembra del psoe que dice en twitter que hay que «desechar a los que solo señalan los errores». No lo saludo, pero sí le pregunto cómo piensa «desecharme». ¿Con cheka, con un paseo, o con cheka y paseo?
Y sigo a lo mío.
Estamos a las puertas del fin de semana del desconfinamiento de los niños. Del regalito. Bueno, vaya por delante que, a pesar de las críticas por las formas y por la falta de sentido común, es un hecho bueno el que dejen salir a pasear.
Porque es tan evidente que las medidas a las que estamos sometidos no obedecen a criterios sanitarios, sino a otros muchos, que un montón de gente se ha caído del caballo. De golpe. Si los pequeños pueden salir, todos podemos salir.
En mi casa, dicho y hecho. A actividades todas «esenciales y permitidas por el decreto», pero todo el mundo a la puta calle. Todos los días. Y desde hoy.
El escándalo es tan grande, es tan evidente que el tenernos secuestrado es ilegal y planificado vilmente, que casi no nos damos cuenta de la cantidad ingente de noticias que hay de contratos fraudulentos, cutres y vergonzosos que ha hecho y sigue haciendo el gobierno socialcomunista. Son tantos que no los recuerdo todos.
Que no importa que nos muramos, que no. Que hay que aprovechar para hacer negocios (este sistema del estado del bienestar es así, todos pillan cacho) y hay que aprovechar para imponer mis intereses de forma rápida, en medio de la confusión.
Y aguantar cuanto haga falta, porque si pudiéramos estar en la calle, puede que cantase otro gallo.
Algunos dicen que vamos directos a una dictadura y otros, pocos, que este es un gobierno zombi que no aguantaría un día más si no fuera porque estamos en alarma. Y yo digo que no es un gobierno zombi, aunque puede que algunos del gobierno sean zombis.
A los escépticos en el tema sanitario, a los reticentes, a los miedosos, les digo también que simplemente tienen que analizar las medidas adoptadas en cuanto a salidas, a prohibiciones desde que se declaró la alarma. Sin ideologías. Simplemente analizarlas, pormenorizarlas con sentido común, con lógica. Sin miedo. Basta eso para darse cuenta que ninguna tiene el más mínimo sentido.
Y menos si es a costa de arruinar un país, de llevarlo a la quiebra más absoluta.
Para más datos, los chinos, verdaderos responsables de la pandemia, no lo olvidemos, hoy han cerrado otra ciudad por un «nuevo brote». Es posible que aún se nos escapen muchas cosas sobre el virus chino, por lo que parece más acertado aprender a convivir con él que enclaustrase hasta que pase. Por si no pasa rápido o por si no pasa del todo.
Por eso.
Por cierto, publica el ministerio de sanidad, el del filósofo illa, el ministro maravilla, un excel en que se cuentan los infectados, recuperados, hospitalizados, ingresados en uci y fallecidos. En las franjas de edad de 80 años para arriba no hay ningún ingreso en uci y son los que tienen los números más altos de fallecidos. Repito, ningún ingreso en uci, señores.
Eso tiene nombre. Empieza por e, acaba por asia, y era su primer proyecto de ley, señores de gobierno comunista, proyecto al que no han renunciado. ¿Han comenzado incluso sin ley?
Pregunto.
Y nos siguen muriendo.
Definición de imbécil de la RAE, que debería ser de obligada lectura antes de votar (aun sin que muchos la comprendan): Tonto o falto de inteligencia.
Definición de criminal, según la RAE, 4ª acepción: que ha cometido o procurado cometer un crimen.
Definición de secuestrar, según la RAE: retener indebidamente a una persona para exigir dinero por su rescate, o para otros fines.
Y deseamos, de corazón, la total y completa recuperación de cuantos aquí se citan.
P.d.: el (no) uso de las mayúsculas es, cómo no, deliberado.
Aquí uno de la básica. Denuncia por analizar y pormenorizar.