Tribulaciones en la crisis del virus (día 57)

Tribulaciones en la crisis del virus (día 57)

Decenas de miles de personas fallecidas. Y las que no se cuentan. Y las que no quieren que contemos.

Los muertos del sepulturero profanador y su compinche bolchevique.

Ayer hice una entrada en este blog tal y como los expertos del comité famoso para la desescalada de las narices, siguiendo criterios científicos y los de todos los expertos. Así que no lo han leído ustedes, queridos lectores, tal y como no existe el puñetero comité y tal y como no conocemos el nombre de sus no integrantes. El que decide es el vicepandemias, el compinche bolchevique y sus huevos morenos, el gobierno criminal.

Lo que nos está ocurriendo es algo inaudito. Pero inaudito de verdad, no exagero. Esta mañana despertamos con otro boe, van miles de páginas de normativa, de regulación, borrachera del estado, borrachera de un sistema corrupto hasta la naúsea.

Y, desde el lunes por hallarme en una de las provincias afortunadas (entiéndase la ironía), puedo ir a sentarme en una terraza, a tomar una caña, si es que encuentro sitio. Pero para salir a dar un paseíto a menos de un kilómetro de mi humilde morada tengo que esperar a las ocho de la tarde. Si no, la policía, esa que se está comportando de una forma absolutamente matonil en todo esto, me cruje.

Bueno, pues iré a tomarme la cañita a una terraza que está mucho más lejos de un kilómetro de mi casa, y ya está. Y cogeré el coche y me iré a comprar algo a una ferretería de un pueblo que está por ahí, en cualquier sitio de mi afortunada provincia.

Con este resumen, creo que queda claro, que sigue quedando claro a qué está jugando esta gente. Está jugando con nosotros, con nuestra salud, con nuestros muertos, con nuestra libertad. Con nosotros.

Vivimos en un país sin ley, sin orden, en una dictadura disfrazada de democracia, de suave régimen paternalista que nos protege. El estadito este de alarma va a durar más que lo que se tolera constitucionalmente para el estado de excepción, mucho más grave. Y la oposición en bloque (casi) votó a favor, lo convalidó. Alucinante.

Alguien creía que teníamos división de poderes, que teníamos poderes. Que teníamos un defensor del pueblo (dónde está cuando nos han quitado nuestros derechos fundamentales, dónde), que teníamos pueblo.

Aquí todo chichirribuche protesta cuando le ponen poca nota en un examen, cuando tardan medio minuto en atenderle en un bar, cuando la comida no está a su gusto, cuando el jefe le dice que tiene que trabajar, pero no ha dicho ni pío cuando encarcelan a la población. De coña.

Miedo al virus. No. Borreguitos domesticados por un estado totalitario, incapaces de luchar, siquiera de protestar por su libertad. ¿Ha pedido alguien que se rindan cuentas de lo que se ha hecho para salvar vidas, para separar a los enfermos de los sanos, para salvaguardar la propiedad de cada uno, para contar bien a los muertos, para poder tener respeto, para proteger a los sanitarios, a los trabajadores en general?

Pues eso.

El estado de alarma amenaza con ser eterno y lo que es peor, amenaza con volver en cualquier momento y con cualquier causa. La primera vez será por un rebrote, las demás serán por emergencias reales o inventadas, médicas, económicas, sociales, políticas o qué sé yo. Al tiempo, luego no digan que no se podía saber.

Y nuestra idiocia amenaza con que aplaudamos porque nos quiten de un plumazo todo eso que las élites mundiales no quieren que el común de los mortales tengamos. Riqueza, ahorro, bienestar, viajes, turismo, independencia, libertad.

Qué virus más listo.

Por cierto, creo que hoy ha habido aló presidente de nuevo, creo.

Y nos siguen muriendo.

Definición de imbécil de la RAE, que debería ser de obligada lectura antes de votar (aun sin que muchos la comprendan): Tonto o falto de inteligencia.

Definición de criminal, según la RAE, 4ª acepción: que ha cometido o procurado cometer un crimen.

Definición de secuestrar, según la RAE: retener indebidamente a una persona para exigir dinero por su rescate, o para otros fines.

Y deseamos, de corazón, la total y completa recuperación de cuantos aquí se citan.

P.d.: el (no) uso de las mayúsculas es, cómo no, deliberado.

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