28.572 casos y subiendo, información del infame ministerio del infame gobierno de españa.
Domingo en casa, otro domingo en casa. Secuestrados. Pasado el primer sustín de la cuarentena, continuamos con nuestras cosas. Seguimos siendo los mismos, aunque privados de libertad. Haremos una salida, al final del día, para tirar la basura rozando la ilegalidad, la delincuencia. Mientras podamos.
El tío pedro sánchez ha comparecido dos veces en menos de 24 horas en la tele. Dos mítines, dos, que se ha marcado sabiendo que, como tampoco tenemos otra cosa que hacer y que nos interesa conocer noticias sobre la pandemia, la mayoría íbamos a verlo.
Voy a comentar sus comparecencias, que han sido largas y me dan para un rato de explicación:
Mentira.
Resumiré un poco, porque me he extendido demasiado y puede que no se me haya entendido bien:
¡Mentira!
Mentira han sido la mayoría de las cosas que nos ha dicho. Y digo la mayoría, no porque haya dicho alguna verdad, sino porque las dos veces no he podido soportar su tono lastimero y quejoso, su caradura sin igual y su pinta de chulo de playa desubicado y he acabado por dejar de escucharle. Para no vomitar.
Por lo visto, la culpa no era suya, ni de dónde estaba, ni de cómo vestía. La culpa es de otros, como siempre. Para un gobernante que le hace caso a la oms desde el principio, el primero, para un país que se anticipa y toma medidas antes que los demás, que prohibió el 8m aunque es la apoteosis de la progresía, para un gobierno que ha llenado los almacenes de mascarillas, de geles, de respiradores, no estamos conformes, hombre.
¿O es que acaso no han visto por ahí todo el material que dijo que había comprado, o los cientos de millones de test que se han hecho ya o la cantidad de dinero que ha movilizado? ¿No le ha llegado nada de todo eso a usted a casa, a su empresa o al hospital, al coche patrulla? Por favor, ¡en qué mundo vive! O considérese un gasto superfluo.
Si es que somos la leche. Tenemos el país más avanzado del mundo en cuanto a fibra óptica, los memes corren que vuelan entre teléfonos y nos quejamos porque nos morimos. Si es que no se puede tener todo, que no…
Si elegimos un presidente guapo, no querremos también que sea listo.
Si votamos a partidos que te quieren quitar la libertad, expertos en gestionar gulags y te «confinan» apenas pasados unos meses, no nos podemos quejar.
Si ponemos al frente a los que ansían tu propiedad para «redistribuirla» y se la quedan, todo está en orden.
Si ponemos al frente a los herederos de los mayores genocidas de la historia, de los que nunca han renegado, ni ocultado siquiera que son discípulos suyos y morimos por cálculo electoral, ¿cuál es el fallo?
Las redes están que arden, braman de cabreo, de rabia, de dolor y las hordas zurdas no dan abasto para parar la marea. Lo acabarán haciendo porque tienen tiempo, medios y lacayos dispuestos a todo, pero esta vez les va a costar. Son muchos muertos, muchas mentiras, mucho dolor.
Y lo peor está por llegar.
Me queda un consuelo. A mí, y a muchos que conozco, nunca me engañó el sepulturero profanador. Ni su compinche el bolchevique. Ni las taradas del 8m. Ni sus lacayos, ni los tontos útiles. Y seguiré en guardia para que no lo hagan.
Y lo peor está por llegar.
Y será largo, muy largo.
Pelearemos.
Hoy recordamos la definición de secuestar, según la RAE: Retener indebidamente a una persona para exigir dinero por su rescate, o para otros fines.
Y recordamos la definición de mentiroso de la RAE: que miente, y especialmente si lo hace por costumbre.
P.d.: el (no) uso de las mayúsculas es, cómo no, deliberado.