En tus manos

En tus manos lo dejamos, Señora.

En tus manos para que, como en Empel, le protejas de sus enemigos.

Y para que en las frías noches le arropes con tu manto y le des consuelo en la tristeza, la angustia y la fatiga.

Bendita seas.

2 comentarios en “En tus manos

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